Lo intenté por tercera vez,
me enfundé en mi traje beige,
miré hacia el suelo y me santigüé,
te encontré entre los escombros.
Y aún quedaba un muro en pie,
te vi apoyada en él y creo que
lo hacías para no perder la fe.
El Cristo en la pared se encogió de hombros.
Pasaste estos últimos inviernos al calor
de un infierno construido en el amor
para acabar en demolición.
Me dices: ahora ya estás advertido,
no te fíes de un animal herido.
¿Y,qué te iba diciendo yo?
Me he perdido.
Lo intenté siete veces más,
quería ver lo que hay detrás
de tu imperturbabilidad.
Lo sabes, ahora ya estás advertido,
no te fíes de un animal herido,
y yo, descuida, le mentí,
soy un experto cazador.
¿Lo has visto? Es mi mundo derruido,
lo que hoy es puro mañana está podrido.
¿Y,qué te iba diciendo yo?
Me he perdido.
Mátame si ya no te soy de utilidad,
mátame tras leer el mensaje,
pero ahora me desnudaré
sin quitarme el traje.
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