A veces no sé adónde me lleva esta
sucia carretera, a veces no sé para qué
continuar siquiera, pero supongo que
seguiré retando a la suerte y vagando,
y emborrachándome, pues eso es más fácil
que esperar a que llegue la muerte.
Hace tiempo, amigos míos, tuve una madre
y un padre, y una vez que ella le gritó que
se hiciera cargo de mí, él la golpeó con su
cinturón y ella se largó a Tenesse.
Eso era más fácil esperar que llegara la muerte.
Me hice mayor y conocí una chica en un bar de Toscaloosa.
Me robó el dinero y se lo gastó a escondidas.
Traté de ahogar todas mis penas: compré un poco
de vino y cogí el primer tren, incluso así, parecía
más fácil que esperar a que llegara la muerte.
Un amigo me dijo que sabía dónde había dinero fácil.
Robamos a un hombre,y salimos volando, pero la
policía me apresó, y me llevó de vuelta a Muskogee.
He pasado dos largos años esperando la muerte.
Ahora que estoy fuera de la cárcel, por fin he
encontrado un amigo de verdad, no roba, ni hace trampas,
ni bebe, ni miente, su nombre es codeína y es lo mejor
que he visto en mi vida, juntos vamos a esperar
a que llegue la muerte.
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