Ya no sé si merecerá la pena
partir hacia otro lugar.
Ya no sé si con esta lluvia eterna
no me habré acostumbrado a la humedad.
Yo que creí ser amable con la luna.
Encontré su palidez allí en mi hogar,
en mi propio hogar.
Ya no sé si esta vez todo está
dentro de mí, y ya no puedo
escapar, decidí que no hay nada que perder.
Sale un tren hoy antes del anochecer.
Probaré a ser otra persona,
probaré a morir un poco y volveré.
Y me acercaré hasta aquí sólo para ver
las arrugas arañadas en la piel,
y poder comprobar
todo lo que cambió
y todo lo que sigue igual,
condenado a no cambiar.
Volveré a las noches sin dormir
sin pensar,soñar, y sentir, una vez más.
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