sábado, 9 de abril de 2011

Para todos los desobedientes automáticos

Ya no sé si merecerá la pena
partir hacia otro lugar.
Ya no sé si con esta lluvia eterna
no me habré acostumbrado a la humedad.
Yo que creí ser amable con la luna.
Encontré su palidez allí en mi hogar,
en mi propio hogar.

Ya no sé si esta vez todo está
dentro de mí, y ya no puedo
escapar, decidí que no hay nada que perder.
Sale un tren hoy antes del anochecer.
Probaré a ser otra persona,
probaré a morir un poco y volveré.
Y me acercaré hasta aquí sólo para ver
las arrugas arañadas en la piel,
y poder comprobar
todo lo que cambió
y todo lo que sigue igual,
condenado a no cambiar.
Volveré a las noches sin dormir
sin pensar,soñar, y sentir, una vez más.

No hay comentarios:

Publicar un comentario