Otro tiempo vendrá distinto a éste.
Y alguien dirá: «Hablaste mal.
Debiste haber contado otras
historias: violines estirándose
indolentes en una noche densa de
perfumes, bellas palabras calificativas
para expresar amor ilimitado, amor
al fin sobre las cosas todas.»
Pero hoy, cuando es la luz del alba
como la espuma sucia de un día
anticipadamente inútil, estoy aquí,
insomne, fatigado, velando mis
armas derrotadas, y canto todo
lo que perdí: por lo que muero.
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