martes, 3 de enero de 2012

Parpadeo - Mario Benedetti

Esa pared me inhibe lentamente,
piedra a piedra me agravia. Ya
que no tengo tiempo de bajar hasta
el mar y escuchar su siniestra
horadante alegría,ya que no tengo
tiempo de acumular nostalgias debajo
de aquel pino perforador del cielo.

Ya que no tengo tiempo de dar la cara
al viento y oxigenar de veras el alma
y los pulmones, voy a cerrar los ojos
y tapiar los oídos,y verter otro mar
sobre mis redes, y enderezar un pino
imaginario y desatar un viento que me
arrastre lejos de las intrigas y las
máquinas,lejos de los horarios y los
pelmas. Pero puertas adentro es un
fracaso: este mar que me invento no
me moja,no tiene aroma el árbol que
levanto y mi huracán suplente ni
siquiera sirve para barrer mis odios secos.

Preciso tiempo,necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado, porque les
sobra o ya no saben que hacer con él,
tiempo en blanco,en rojo,en verde,hasta
en castaño oscuro,no me importa el
color, cándido tiempo,que yo no puedo
abrir y cerrar como una puerta.Tiempo
para mirar un árbol,un farol,para andar
por el filo del descanso,para pensar:
qué bien,hoy es invierno.

Para morir un poco,y nacer enseguida,y
para darme cuenta y para darme cuerda.
Preciso tiempo, el necesario para chapotear
unas horas en la vida y para investigar por qué
estoy triste y acostumbrarme a mi
esqueleto antiguo. Vale, ahora digamos
me hace falta tiempo,sin tiempo.

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