lunes, 30 de enero de 2012

Retornos de otoño - Rafael Alberti

Nos dicen: sed alegres,que no escuchen
los hombres rodar en vuestros cantos
ni el más leve ruido de una lágrima.
Está bien. Yo quisiera, diariamente lo
quiero,mas hay horas, hay días, hasta
meses y años en que se carga el alma
de una justa tristeza y por tantos motivos
que luchan silenciosos,rompe a llorar,
abiertas las llaves de los ríos.

Miro el otoño, escucho sus aguas
melancólicas de dobladas umbrías que
pronto van a irse.Me miro a mí, me escucho
esta mañana y perdido ese miedo que me
atenaza a veces hasta dejarme mudo,
me repito: confiesa, grita valientemente
que quisieras morirte.

Di también: tienes frío. Di también: estás
solo, aunque otros te acompañen,¿qué
sería de ti si al cabo no volvieras? Tus
amigos, tu niña, tu mujer, todos esos
que parecen quererte de verdad, ¿qué
dirían? Sonreíd, sed alegres. Cantad la
vida nueva. Pero yo sin vivirla,¡cuántas
veces la canto! ¡Cuántas veces animo
ciegamente a los tristes, diciéndoles: sed
fuertes, porque vuestra es el alba! Perdonadme
que hoy sienta pena y la diga. No me culpéis.
Ha sido la vuelta del otoño.




sábado, 28 de enero de 2012

Los ángeles sonámbulos - Anónimo andaluz

Pensad en aquella hora: cuando se
rebelaron contra un rey en tinieblas
los ojos invisibles de las alcobas.
Lo sabéis, lo sabéis. ¡Dejadme!
Si a lo largo de mí se abren grietas
de nieve, tumbas de aguas paradas,
nebulosas de sueños oxidados,
echad la llave para siempre a vuestros
párpados. ¿Qué queréis? Ojos
invisibles, grandes, atacan. Púas
incandescentes se hunden en los tabiques.
Ruedan pupilas muertas, sábanas.
Un rey es un erizo de pestañas.

También, también los oídos invisibles
de las alcobas, contra un rey en tinieblas.
Ya sabéis que mi boca es un pozo de
nombres de números y letras difuntos.
Que los ecos se hastían sin mis palabras
y lo que jamás dije desprecia y odia al
viento. Nada tenéis que oír. ¡Dejadme!

Pero oídos se agrandan contra el pecho.
De escayola, fríos, bajan a la garganta,
a los sótanos lentos de la sangre, a los
tubos de los huesos. Un rey es un erizo
sin secreto. Como yo, como todos.
Y nadie espera ya la llegada del expreso,
la visita oficial de la luz a los mares
necesitados, la resurrección de las voces
en los ecos que se calcinan.


martes, 24 de enero de 2012

Sobre los ángeles - Rafael Alberti

Buscad, buscadlos: en el insomnio de
las cañerías olvidadas,en los cauces
interrumpidos por el silencio de las basuras.
No lejos de los charcos incapaces de
guardar una nube,unos ojos perdidos,
una sortija rota o una estrella pisoteada.
Porque yo los he visto: en esos escombros
momentáneos que aparecen en las neblinas.
Porque yo los he tocado: en el destierro
de un ladrillo difunto,venido a la nada
desde una torre o un carro.Nunca más
allá de las chimeneas que se derrumban
ni de esas hojas tenaces que se estampan
en los zapatos. En todo esto.

Más en esas astillas vagabundas que se
consumen sin fuego, en esas ausencias
hundidas que sufren los muebles
desvencijados, no a mucha distancia de los
nombres y signos que se enfrían en las
paredes. Buscad, buscadlos: debajo de la
gota de cera que sepulta la palabra de un
libro o la firma de uno de esos rincones de
cartas que trae rodando el polvo.Cerca
del casco perdido de una botella, de una
suela extraviada en la nieve, de una navaja
de afeitar abandonada al borde de un precipicio.


viernes, 20 de enero de 2012

En horas de insomnio - Miguel de Unamuno

Me voy de aquí, no quiero más oírme,
de mi voz toda voz suéname a eco,
ya falta así de confesor, si peco
se me escapa el poder arrepentirme.
No hallo fuera de mí en que me afirme
nada de humano y me resulto hueco,
si esta cárcel por otra al fin no
trueco en mi vacío acabaré de hundirme.

Triste soledad, la del engaño de
creerse en humana compañía moviéndose
entre espejos, ermitaño. He ido
muriendo hasta llegar al día en que
espejo de espejos, soy me extraño a
mí mismo y descubro que no vivía.


martes, 17 de enero de 2012

Chau pesimismo - Mario Benedetti

Ya eres mayor de edad, tengo
que despedirte, pesimismo.
Años que te preparo el desayuno,
que vigilo tu tos de mal agüero
y te tomo la fiebre, que trato
de narrarte pormenores del pasado
mediato, convencerte de que en
el fondo somos gallardos y leales,
y también que al mal tiempo
buena cara, pero como si nada,sigues
malhumorado, arisco e insociable.

Claro que voy a despedirte,
no sé por qué no lo hice antes,
será porque tienes tu propio método
de hacerte necesario.Ya sé, vas
a decirme: no hay motivos para
la euforia y las celebraciones.
Pero es tan boba,tu razón tan obvia
tan remendada y remedada,tan
igualita al pálpito, que enseguida
se vuelve sinrazón.Ya eres mayor de
edad,adiós pesimismo,y por favor anda
despacito,sin despertar al monstruo.

martes, 10 de enero de 2012

A mano amada - Ángel González

A mano amada,cuando la noche
impone su costumbre de insomnio
y convierte cada minuto en el
aniversario de todos los sucesos
de una vida;allí, en la esquina
más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz
de sombras,los recuerdos me asaltan.

Unos empuñan tu mirada verde, otros
apoyan en mi espalda el alma blanca
de un lejano sueño, y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!,me reclaman.
Reconozco los  rostros. No hurto el
cuerpo.Cierro los ojos para ver y siento
que me apuñalan fría, justamente,con
ese hierro viejo: la memoria.


martes, 3 de enero de 2012

Parpadeo - Mario Benedetti

Esa pared me inhibe lentamente,
piedra a piedra me agravia. Ya
que no tengo tiempo de bajar hasta
el mar y escuchar su siniestra
horadante alegría,ya que no tengo
tiempo de acumular nostalgias debajo
de aquel pino perforador del cielo.

Ya que no tengo tiempo de dar la cara
al viento y oxigenar de veras el alma
y los pulmones, voy a cerrar los ojos
y tapiar los oídos,y verter otro mar
sobre mis redes, y enderezar un pino
imaginario y desatar un viento que me
arrastre lejos de las intrigas y las
máquinas,lejos de los horarios y los
pelmas. Pero puertas adentro es un
fracaso: este mar que me invento no
me moja,no tiene aroma el árbol que
levanto y mi huracán suplente ni
siquiera sirve para barrer mis odios secos.

Preciso tiempo,necesito ese tiempo
que otros dejan abandonado, porque les
sobra o ya no saben que hacer con él,
tiempo en blanco,en rojo,en verde,hasta
en castaño oscuro,no me importa el
color, cándido tiempo,que yo no puedo
abrir y cerrar como una puerta.Tiempo
para mirar un árbol,un farol,para andar
por el filo del descanso,para pensar:
qué bien,hoy es invierno.

Para morir un poco,y nacer enseguida,y
para darme cuenta y para darme cuerda.
Preciso tiempo, el necesario para chapotear
unas horas en la vida y para investigar por qué
estoy triste y acostumbrarme a mi
esqueleto antiguo. Vale, ahora digamos
me hace falta tiempo,sin tiempo.

lunes, 2 de enero de 2012

Ayer - Mario Benedetti

Ayer pasó el pasado lentamente
con su vacilación definitiva,
sabiéndote infeliz y a la deriva,
con tus dudas selladas en la frente.
Ayer pasó el pasado por el puente
y se llevó tu libertad cautiva,
cambiando su silencio en carne viva
por tus leves alarmas de inocente.
Ayer pasó el pasado con su historia
y su deshilachada incertidumbre,
con su huella de espanto y de reproche,
fue haciendo del dolor una costumbre,
sembrando de fracasos tu memoria
y dejándote a solas,con la noche.