domingo, 27 de febrero de 2011

Perder las llaves y el norte

En la feria ya es hora de cerrar,
tus caballos dejan de girar.
Puedes recoger tu amor hasta mañana.
Pero un hombre de gris aún sigue allí,
tiene algo y quiere algo de ti.
Que te vaya bien,
aquí ya no pinto nada.

Y quieres esconder tu colchón de piel,
pero cuántos hoy han dormido en él,
y cuántos más dormirán en él mañana.
Y cuando entre el sol en tu habitación
bucarás agua y jabón y frotarás tu piel,
pero no servirá de nada.

Y juras otra vez que no quieres volver
a despertar muerta de sed y con un puñal
hundido en el pecho.
Es de noche y con un hilo
de voz me preguntarás qué día es hoy.
Y querrás volver,
para deshacer lo hecho.

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