o deshace,mientras tanto no le
importa tu sueño ni mi sueño.
Somos torpes, o demasiado cautos.
Pensamos que no cae esa gaviota,
creemos que es eterno este
conjuro, que la batalla es nuestra
o de ninguno. Juntos vivimos,
sucumbimos juntos, pero esa
destrucción es una broma,
un detalle, una ráfaga, un vestigio
y un abrirse y cerrarse del paraíso.
Ya nuestra intimidad es tan
inmensa que la muerte la esconde
en su vacío. Quiero que me relates
el duelo que te callas. Por mi parte,
te ofrezco mi última confianza.
Estás sola,estoy solo, pero a veces
puede la soledad ser una llama.
No hay comentarios:
Publicar un comentario